domingo, 15 de noviembre de 2009

Un parque de palabras

(Recojo tu guante, Valentina. Éste es el otro parque del taller 'El imaginario entre columpios')

EL PARQUE DE MARÍA

María mira con recelo a su alrededor, tensa la espalda, se pega al respaldo del banco cada vez que alguno pasa corriendo y gritando por delante de ella, balancea su cuerpo a uno y otro lado cada vez que alguna pelota sale disparada, se queda mirando fijamente embelesada cada vez que una madre repite el mismo mantra una y otra vez: no, no, no.

María no conoce este parque, a pesar de que es el mismo que recorre cada mañana desde que está en el paro. Pero entonces es otro, es un remanso de paz, un lugar para la reflexión sólo interrumpida por alguna voz más alta que otra de algún anciano sordo charlando con otro que asiente tranquilo con la cabeza. Por las mañanas el tiempo se detiene y de un solo vistazo controla todo lo que sucede entorno suyo. Ella no conocía este parque por las tardes, cuando es tomado por estos energúmenos ruidosos bajitos y sus padres. Éste no es su parque, es una jungla.

“Y esto no es lo peor”, piensa María al descubrir, en un banco apartado de la zona de juego, a una pareja de adolescentes examinándose la faringe con la lengua. “Lo peor viene después”, susurra. Es demasiado mayor para acordarse de esa pasión incontenible, de ese deseo sin freno, de las primeras veces de todo; pero sí recuerda nítidamente los gritos en casa, las broncas con su madre cada día hasta que se fue a estudiar fuera por pura necesidad de escapar. Y por si no lo recordase, están sus amigos que le detallan las batallas abiertas con sus propios hijos.

“No, no, no”, se dice María sacudiendo la cabeza. Ella no piensa ser madre, nunca lo pensó. Cuando el médico le ha dado la enhorabuena, ella ha entrado en shock, e instintivamente se ha dirigido al parque, a reflexionar. Dirige su mirada a su barriga por primera vez, deja la mano en alto, pero no se atreve a colocarla sobre ella, como hacen en las películas. La posa otra vez sobre el banco y decide que no se lo dirá a Pedro. Será más fácil para él si no se entera.

No hay comentarios:

Publicar un comentario