martes, 8 de junio de 2010

Desde el vacío

Tengo la sensación de que se me están muriendo las palabras. Se resisten a brotar. Los dedos, veloces sobre el teclado hace unos meses, se rebelan hoy, conscientes de habitar una cárcel de piel y huesos que se extiende desde las yemas torpes hasta la frente y el corazón, hasta las plantas de unos pies cansados que no conceden tanta importancia a cada paso.

Retando a alguna ley física, lo que oprime ahora es el vacío, porque el alma carece de la oportunidad de someterse al sentido común. Y la vida va pasando de largo como si sólo me hubiera detenido yo. Vivir no es esto.

La empatía ayuda a moverse con soltura por el universo temporal. Sólo es cuestión de abandonarse, dejarse llevar por la música de lo que nos rodea y moverse al ritmo que marca el entorno: hacer eso que sabemos que los demás esperan de nosotros. Y esperar a que pase ¿cuánto tiempo?.

El que sea necesario.

2 comentarios:

  1. Madurar es esto. Encontrarse con problemas que te hacen madurar y que te cambian para siempre.
    Es buen momento para apilar los libros de texto y darles una patada. Luego hay que recogerlos y seguir estudiando. O no.
    Que no falte la sonrisa aunque cueste.

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  2. ahora es lo que toca, el vacío; pero él también pasará, aunque duela. aunque dé cientos de patadas en el estómago que deje de doler. las teclas estarán ahí siempre, para lo que TÚ quieras. y yo estaré aquí para leer o no lo que suceda. aunque ahora esté en silencio, porque la vida me está llevando por caminos que me ocupan el tiempo en lo que no es vicio, sino realidad. pero esto también pasará. y aquí nos volveremos a encontrar, para lo que tú quieras. yo tampoco he olvidado las teclas, pero sencillamente, puede que ahora no toque. no te preocupes, tocará; todo pasa. un fuerte abrazo. maría,

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